Es
importante iniciar aclarando y recalcando que una persona con déficit
atencional no está enferma ni es “rara”, por tanto no se habla de paciente,
simplemente es un estudiante o ser humano especial.
El
déficit atencional es un desarrollo neuropsicológico que ocurre en diferente
forma en algunas personas, se da cierta alteración en algunos
neurotransmisores.
Se llama
neuropsicológico ya que esto efectivamente viene a afectar la conducta en mayor
o menor grado en tres aspectos en particular:
· Control
de impulsos.
· Concentración.
· Nivel
de actividad.
Es
importante destacar que el déficit atencional, “no se adquiere” como un virus,
“no se pega”, es una condición que se transfiere genéticamente. Dada esta condición, es de esperar que el
padre o la madre tengan algún tipo de déficit también, e incluso sus
hermanos. Por lo tanto no se debe
culpabilizar al niño o al joven por sus cambios de conducta, él no escogió
tener esta condición.
Al haber
un miembro de la familia o más con esta particularidad, es probable que la
dinámica familiar se vea afectada, por tanto es importante implementar o
cambiar algunas medidas que mejoren la interacción de sus miembros.
Es
recomendable la detección temprana en el niño, esto va a permitir una
intervención de igual forma temprana del profesional, lo que le brindará
destrezas para mejorar las áreas afectadas.
Es
durante la edad escolar que se puede detectar este síndrome con mayor exactitud
y precisión.
Tipos de Déficit Atencional
Desconcentración: Los niños con este tipo
de déficit a menudo presentan:
·
No ponen atención a los detalles.
·
No pueden mantenerse enfocados en el juego o trabajo escolar.
·
Ni siguen las instrucciones ni terminan el trabajo escolar o tareas.
·
Parecen no poder organizar sus tareas y actividades.
·
Parece no escuchar cuando se le habla.
·
Se distraen fácilmente.
·
Pierden cosas tales como sus juguetes, trabajo escolar, y libros.
Hiperactividad: El ser demasiado activo probablemente es la señal
más visible de déficit de atención. El niño
hiperactivo siempre está en movimiento. (En tanto crece, el nivel de actividad
podría disminuir.) A menudo pueden:
·
Estar inquietos y torcerse.
·
Salirse de la silla cuando no deben.
·
Correr constantemente o subirse por todos lados.
·
Tener dificultad en jugar tranquilamente.
·
Hablar demasiado.
·
Andar constantemente “apurado”.
Impulsividad: Estos niños también actúan antes de pensar (llamado impulsividad). Por ejemplo, podrían atravesar la calle corriendo sin mirar o subirse a un árbol muy alto. Pueden sorprenderse al encontrarse en una situación peligrosa. Posiblemente no tengan la menor idea de cómo salirse de la situación.
·
Decir abruptamente las respuestas antes de que se completen las
preguntas.
·
Tener dificultad en esperar su turno.
·
Interrumpir a los demás cuando están hablando con él.
·
De igual manera interrumpir conversaciones cuando no se dirigen a él.
·
Interrumpir los juegos de los demás.
Estas conductas pueden causar que el niño tenga
verdaderos problemas en el hogar, escuela, y con los amigos. Como resultado,
muchos niños con déficit de atención se sienten ansiosos, inseguros, y
deprimidos. Estos sentimientos no son síntomas de déficit de atención. Vienen
de tener problemas una y otra vez en el hogar y en la escuela.
Se habla también
del déficit atencional mixto, el cual consiste en una mezcla de algunos de los
anteriores, en el cual, el individuo debe presentar seis o más conductas de
impulsividad-hiperactividad, pero menos de 6 consultas de desconcentración. Estudios revelan este es el síndrome que se
presenta en mayor porcentaje y mayormente en varones.
La persona debe
presentar los síntomas durante un mínimo de seis meses o más y mostrarlas en
diferentes lugares y situaciones de forma regular y constante.
¿Se
podría confundir el Déficit Atencional?
Si podría
confundirse el déficit con otras conductas, tales como:
Problemas
típicos de aprendizaje: Lo que
en la actualidad se refiere a áreas fuertes/débiles de aprendizaje. Con respecto a las áreas débiles el niño
puede no mostrar interés, se desconcentra con facilidad, evidentemente va a
representarle mayor dificultad, en este caso el docente puede inferir que el
estudiante presenta déficit atencional.
No obstante el niño o joven va a evidenciar un bajo rendimiento
académico constante en sus áreas débiles a diferencia del déficit atencional ya
que cuando se tiene este hay “picos” significativos en las calificaciones, por
ejemplo, puede sacar un 95 en el primer examen de español, haberse preparado de
igual forma para el segundo examen, manejar bien la materia y obtener un 50 en
la nota.
No
hay límites claros en el hogar: Durante
los primeros años escolares, el niño puede mostrarse ansioso, disperso,
inquieto, no sigue instrucciones, entre otros síntomas. Podría pensarse que presenta déficit
atencional, no obstante hay que analizar junto con los padres si hay o no un
mal manejo de límites en el hogar. Se
diferencia del déficit atencional cuando efectivamente este tipo de conductas
persiste en casa, no obstante la maestra si es capaz de controlarlo en la
calase, por medio de límites claro.
Estados
ansiosos: Mismos que pueden ser presentados por el niño o el joven que no
necesariamente son propios de síndrome, simplemente una condición particular
por cambios en el entorno familiar, escolar o social.
Trastorno
bipolar: Este trastorno se refiere
a una condición psicológica especial, en la cual la persona presenta un
episodio maníaco, de considerable actividad y en otro episodio puede verse
totalmente depresiva. Si se evalúa al
niño en su fase maníaca, esta puede confundirse con la hiperactividad propia
del déficit atencional. Por tanto, hay
que tener mucho cuidado en diagnosticar sin realizar un análisis integral y
exhaustivo.
Síndrome
de Tourette: El mismo consiste en un conglomerado de tics vocales y motrices,
completamente involuntarios. Mismos que
pueden ser confundidos por el educador con la hiperactividad o desconcentración
características del déficit atencional.
Estos son algunos
de los ejemplos de condiciones especiales, con las que se puede confundir el
déficit atencional, mismas que deben de tomarse en cuanta, conocer ampliamente
de ellas para no incurrir en “etiquetar” al niño de forma incorrecta.
¿Cómo
puedo saber si mi hijo tiene Déficit Atencional?
El momento
oportuno para consultar es cuando resulta evidente para los padres y profesores
que la conducta del un niño, por lo intensa, extraña, inadecuada o desajustada,
tanto para sí mismo como para los demás, dista considerablemente de lo
esperable para la etapa del desarrollo que está viviendo.
La medicación en
forma exclusiva jamás es un tratamiento suficiente puesto que estos niños
necesitan que se intervenga en su realidad personal (su imagen), su relación
con los padres y amigos y que además se oriente y determine las líneas de
acción más convenientes respecto al colegio.
Para poder
diagnosticar al niño con déficit atencional, debe realizarse un abordaje
integral, es en este caso, el profesional en psicología quien está facultado
para hacerlo, luego de analizar varios elementos:
·
Historia clínica del niño.
·
Antecedentes familiares.
·
Entorno, familiar, escolar y social.
· Realizar entrevistas a los miembros de la familia y
docentes.
· Evaluación psicopedagógica.
La integración de la información anterior va a
permitir al profesional establecer un diagnóstico certero y preciso de lo cual
devendrá una buena intervención.
¿Cómo puedo
ayudar a mi hijo, cuando ya ha sido diagnosticado con déficit atencional?
·
No “etiquetar”, su hijo no está enfermo.
·
Guarde la calma y la tranquilidad.
·
Explíquele en lenguaje comprensible de acuerdo a su edad cronológica y
maduracional, que le pasa.
· Establezca límites apropiados a sus
características, los mismos deben ser firmes y claros.
· Explíquele pacientemente la intención suya y del
docente en ayudarle.
·
Mantenga una comunicación fluida con el centro educativo, principalmente
con los docentes que lo tengan a cargo.
Es importante el trabajo en equipo.
·
Alabe en todo momento la intención que tenga de hacer las cosas por sí
solo.
· Extérnele su apoyo cuando tiene iniciativa en
estudiar, terminar tareas escolares y otras propias del hogar.
· Muéstrele técnicas de organización tales como:
horarios de estudio, de esparcimiento, obligaciones del hogar, entre otros.
Dra. Laura
Camacho Alfaro
Clínica Arvicana.
Teléfono: 2560-8001
No hay comentarios:
Publicar un comentario