miércoles, 6 de junio de 2012

Déficit Atencional


Es importante iniciar aclarando y recalcando que una persona con déficit atencional no está enferma ni es “rara”, por tanto no se habla de paciente, simplemente es un estudiante o ser humano especial.
El déficit atencional es un desarrollo neuropsicológico que ocurre en diferente forma en algunas personas, se da cierta alteración en algunos neurotransmisores.
Se llama neuropsicológico ya que esto efectivamente viene a afectar la conducta en mayor o menor grado en tres aspectos en particular:
·      Control de impulsos.
·      Concentración.
·      Nivel de actividad.
Es importante destacar que el déficit atencional, “no se adquiere” como un virus, “no se pega”, es una condición que se transfiere genéticamente.  Dada esta condición, es de esperar que el padre o la madre tengan algún tipo de déficit también, e incluso sus hermanos.  Por lo tanto no se debe culpabilizar al niño o al joven por sus cambios de conducta, él no escogió tener esta condición.
Al haber un miembro de la familia o más con esta particularidad, es probable que la dinámica familiar se vea afectada, por tanto es importante implementar o cambiar algunas medidas que mejoren la interacción de sus miembros.
Es recomendable la detección temprana en el niño, esto va a permitir una intervención de igual forma temprana del profesional, lo que le brindará destrezas para mejorar las áreas afectadas.
Es durante la edad escolar que se puede detectar este síndrome con mayor exactitud y precisión.
Tipos de Déficit Atencional
Desconcentración: Los niños con este tipo de déficit a menudo presentan:  
·      No ponen atención a los detalles.
·      No pueden mantenerse enfocados en el juego o trabajo escolar.
·      Ni siguen las instrucciones ni terminan el trabajo escolar o tareas.
·      Parecen no poder organizar sus tareas y actividades.
·      Parece no escuchar cuando se le habla.
·      Se distraen fácilmente.
·      Pierden cosas tales como sus juguetes, trabajo escolar, y libros.

Hiperactividad: El ser demasiado activo probablemente es la señal más visible de déficit de atención.  El niño hiperactivo siempre está en movimiento. (En tanto crece, el nivel de actividad podría disminuir.)  A menudo pueden:
·      Estar inquietos y torcerse.
·      Salirse de la silla cuando no deben.
·      Correr constantemente o subirse por todos lados.
·      Tener dificultad en jugar tranquilamente.
·      Hablar demasiado.
·      Andar constantemente “apurado”.

Impulsividad: Estos niños también actúan antes de pensar (llamado impulsividad). Por ejemplo, podrían atravesar la calle corriendo sin mirar o subirse a un árbol muy alto. Pueden sorprenderse al encontrarse en una situación peligrosa. Posiblemente no tengan la menor idea de cómo salirse de la situación.
·      Decir abruptamente las respuestas antes de que se completen las preguntas.
·      Tener dificultad en esperar su turno.
·      Interrumpir a los demás cuando están hablando con él.
·      De igual manera interrumpir conversaciones cuando no se dirigen a él.
·      Interrumpir los juegos de los demás.
Estas conductas pueden causar que el niño tenga verdaderos problemas en el hogar, escuela, y con los amigos. Como resultado, muchos niños con déficit de atención se sienten ansiosos, inseguros, y deprimidos. Estos sentimientos no son síntomas de déficit de atención. Vienen de tener problemas una y otra vez en el hogar y en la escuela.
Se habla también del déficit atencional mixto, el cual consiste en una mezcla de algunos de los anteriores, en el cual, el individuo debe presentar seis o más conductas de impulsividad-hiperactividad, pero menos de 6 consultas de desconcentración.  Estudios revelan este es el síndrome que se presenta en mayor porcentaje y mayormente en varones.
La persona debe presentar los síntomas durante un mínimo de seis meses o más y mostrarlas en diferentes lugares y situaciones de forma regular y constante.
¿Se podría confundir el Déficit Atencional?
Si podría confundirse el déficit con otras conductas, tales como:
Problemas típicos de aprendizaje:  Lo que en la actualidad se refiere a áreas fuertes/débiles de aprendizaje.  Con respecto a las áreas débiles el niño puede no mostrar interés, se desconcentra con facilidad, evidentemente va a representarle mayor dificultad, en este caso el docente puede inferir que el estudiante presenta déficit atencional.  No obstante el niño o joven va a evidenciar un bajo rendimiento académico constante en sus áreas débiles a diferencia del déficit atencional ya que cuando se tiene este hay “picos” significativos en las calificaciones, por ejemplo, puede sacar un 95 en el primer examen de español, haberse preparado de igual forma para el segundo examen, manejar bien la materia y obtener un 50 en la nota.
No hay límites claros en el hogar:  Durante los primeros años escolares, el niño puede mostrarse ansioso, disperso, inquieto, no sigue instrucciones, entre otros síntomas.  Podría pensarse que presenta déficit atencional, no obstante hay que analizar junto con los padres si hay o no un mal manejo de límites en el hogar.  Se diferencia del déficit atencional cuando efectivamente este tipo de conductas persiste en casa, no obstante la maestra si es capaz de controlarlo en la calase, por medio de límites claro.
Estados ansiosos: Mismos que pueden ser presentados por el niño o el joven que no necesariamente son propios de síndrome, simplemente una condición particular por cambios en el entorno familiar, escolar o social.
Trastorno bipolar:  Este trastorno se refiere a una condición psicológica especial, en la cual la persona presenta un episodio maníaco, de considerable actividad y en otro episodio puede verse totalmente depresiva.  Si se evalúa al niño en su fase maníaca, esta puede confundirse con la hiperactividad propia del déficit atencional.  Por tanto, hay que tener mucho cuidado en diagnosticar sin realizar un análisis integral y exhaustivo.
Síndrome de Tourette: El mismo consiste en un conglomerado de tics vocales y motrices, completamente involuntarios.  Mismos que pueden ser confundidos por el educador con la hiperactividad o desconcentración características del déficit atencional.
Estos son algunos de los ejemplos de condiciones especiales, con las que se puede confundir el déficit atencional, mismas que deben de tomarse en cuanta, conocer ampliamente de ellas para no incurrir en “etiquetar” al niño de forma incorrecta.
¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene Déficit Atencional?
El momento oportuno para consultar es cuando resulta evidente para los padres y profesores que la conducta del un niño, por lo intensa, extraña, inadecuada o desajustada, tanto para sí mismo como para los demás, dista considerablemente de lo esperable para la etapa del desarrollo que está viviendo.
La medicación en forma exclusiva jamás es un tratamiento suficiente puesto que estos niños necesitan que se intervenga en su realidad personal (su imagen), su relación con los padres y amigos y que además se oriente y determine las líneas de acción más convenientes respecto al colegio.
Para poder diagnosticar al niño con déficit atencional, debe realizarse un abordaje integral, es en este caso, el profesional en psicología quien está facultado para hacerlo, luego de analizar varios elementos:
·      Historia clínica del niño.
·      Antecedentes familiares.
·      Entorno, familiar, escolar y social.
·      Realizar entrevistas a los miembros de la familia y docentes.
·      Evaluación psicopedagógica.
La integración de la información anterior va a permitir al profesional establecer un diagnóstico certero y preciso de lo cual devendrá una buena intervención.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo, cuando ya ha sido diagnosticado con déficit atencional?
·      No “etiquetar”, su hijo no está enfermo.
·      Guarde la calma y la tranquilidad.
·      Explíquele en lenguaje comprensible de acuerdo a su edad cronológica y maduracional, que le pasa.
·      Establezca límites apropiados a sus características, los mismos deben ser firmes y claros.
·      Explíquele pacientemente la intención suya y del docente en ayudarle.
·      Mantenga una comunicación fluida con el centro educativo, principalmente con los docentes que lo tengan a cargo.  Es importante el trabajo en equipo.
·      Alabe en todo momento la intención que tenga de hacer las cosas por sí solo.
·      Extérnele su apoyo cuando tiene iniciativa en estudiar, terminar tareas escolares y otras propias del hogar.
·      Muéstrele técnicas de organización tales como: horarios de estudio, de esparcimiento, obligaciones del hogar, entre otros.


Dra. Laura Camacho Alfaro
Clínica Arvicana.
Teléfono: 2560-8001

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