lunes, 28 de mayo de 2012

La agresividad como un problema en la salud mental

Por Delio Carlos González Burgos.

Las frustraciones externas, son impuestas por el medio circundante. Por ejemplo, el niño puede desear intensamente un determinado juguete, pero las condiciones económicas de su hogar no le permiten adquirirlo.

Las frustraciones internas proceden del interior del individuo, o sea de su incapacidad física, mental o emocional para alcanzar un objetivo. Este tipo de frustración representa para la personalidad del individuo, una amenaza más seria que las externas, pues suele producir una considerable tensión emocional con los consiguientes trastornos de la conducta. Situación que vive nuestra sociedad, por la impotencia en aumentos en los combustibles, aumento en la canasta básica, salarios estables que no responden a esos aumentos, decisiones gubernamentales, todo esto genera impotencia y se traslada a la frustración.

La frustración produce agresión. Este tipo de respuesta puede dirigirse hacia la persona o personas que han causado la frustración, o bien contra un sustituto. También puede tornarse contra el propio individuo.

La agresión directa es un procedimiento al que se recurre con mucha frecuencia para sostener el amor propio frustrado. Si un niño es puesto en ridículo por un compañero, lo más natural es que trate de mantener su status atacando el otro a golpes. Pero si no se atreve a contestar directamente, puede encontrar su escape en una conducta agresiva en su casa, ya sea hostilizando a su hermano menor o desobedeciendo a sus padres, esto es un mecanismo de defensa llamada desplazamiento.

Cuando la agresión se vuelve hacia dentro es más peligrosa para la salud mental del individuo que cuando se exterioriza. En vez de culpar a los demás, el individuo se culpa así mismo. La autocrítica es necesaria y conveniente. Todos debemos conocer y aceptar nuestras limitaciones, pero cuando la agresión contra el propio yo se lleva a extremos injustificables, el “yo” se destruye psicológicamente, como ocurre, por ejemplo, en la esquizofrenia.

La agresividad humana es el producto de un instinto alimentado por una energía biológica e inagotable que en muchas ocasiones no necesitaba de un estímulo externo para que se produjera una reacción violenta, sino que esta reacción podría producirse en la medida que hubiere suficiente acumulación de esa energía biológica, sin la necesidad de la presencia de un estímulo externo (S.Freud).

Aspectos a resaltar de la violencia

1. La violencia existe y ha existido en la mayoría de las culturas, tanto en la realidad como reproducida o incorporada.

2. La agresión humana es el producto de un impulso interno que podía desencadenarse independientemente de que existiera o no un estímulo externo, capaz de provocar dicha conducta.

3. La personalidad puede variar de acuerdo con el modelo cultural común a la sociedad que se refiera, sin embargo existe una unidad psíquica de la humanidad.

Recomendaciones

1. Es necesario que los padres y madres de familia y educadores, comprendan la magnitud de la agresión, ya que un niño agredido, cuando sea adulto será agresor. La agresión en el ser humano se debe a un impulso motivado por un estimulo externo, pero se debe enseñar a controlarlo.

2. Es necesario que los hogares controlen los programas televisivos que pueden ver sus hijos, ya que la mayoría de ellos están cargados de violencia y odio. Se deben cultivar los valores, practicarlos, vivirlos como modelo, para que el niño de hoy que será el hombre del mañana no sea agresivo y no cultive la violencia dentro de su personalidad.

3. Es necesario que se deje de comercializar la violencia y agresión a través de programas y videojuegos.


Dra. Laura Camacho Alfaro
Licenciada en Psicología

Clínica Arvicana
Teléfono 2560-8001

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