Todo aquel ser
humano que se aventure en la titánica labor de ser padre o madre, tendrá que
atravesar la etapa de que su hijo deje los pañales.
En algunos casos
el aprendizaje del niño en esta actividad es muy sencillo, en otros
definitivamente no lo es. Por tanto consideré importante compartir algún tipo
de información que les pueda ser útil antes y durante este proceso de
desarrollo.
El dejar los
pañales no es simplemente un evento, no debe verse como una acción en la cual
papá y mamá se van a economizar cierta cantidad de dinero mensualmente; en
realidad este proceso va a colaborar grandemente con el logro de autonomía,
autoestima y madurez emocional del niño.
No hay una edad o
tiempo exacto que se pueda sugerir para comenzar con el entrenamiento, no
obstante estudios revelan que los niños han alcanzado su madurez biológica,
afectiva y psicológica para este proceso, alrededor de los dieciocho meses de
edad. Tiempo en el cual papá y mamá, pueden considerar el hecho de que el niño
comience a dejar los pañales.
Es determinante
que el padre y la madre desarrollen ciertas habilidades para ayudar al niño en
esta nueva aventura y que éste pueda experimentar y vivir este proceso de la
forma más natural y sana posible.
Se recomienda que
ambos se sienten a dialogar y negociar de qué forma van a llevar el proceso, en
cuales cosas están de acuerdo y en cuales no para poder buscar un punto en
común y de esta forma no afectar al niño durante el entrenamiento.
Algunas recomendaciones:
- Permitir que el niño los acompañe al sanitario cuando él así lo desee, para que se familiarice con el uso del mismo.
- Iniciar el entrenamiento en fin de semana cuando ambos estén en casa con el niño.
- Tener claro que es un trabajo en equipo.
- Armarse de paciencia y tolerancia.
- Respetar los tiempos del niño.
- Ser coherentes y claros.
- Estar atentos, ser muy observadores.
- En caso de que se sientan cansados, molestos, tratar de que canalizar estas emociones de forma que el niño no las perciba como amenazantes.
- Motivar en todo momento al pequeño por mínimo que consideren que es su avance.
- Cada deposición debe hacerse en el sanitario si el pequeño externa algún temor se pude comprar uno similar y más pequeño, hay variedad de diseños, tamaños y colores, le mismo debe ubicarse siempre en el baño.
- Aro reductor.
- Escalones.
Etapas:
El niño
básicamente va a enfrentar tres etapas, el éxito de las mismas va a depender
mucho de los ingredientes anteriores, las mismas son:
- Va a continuar haciendo sus necesidades en el pañal, dependiendo de la necesidad que haya hecho, le vamos a reafirmar la mismas con toda naturalidad: “Hiciste caquita en el pañal”, “Hiciste orines en el pañal”. Posteriormente lo invitamos a realizar el cambios de pañal que sea él en la medida de lo posible quien busque lo escoja, aliste los toallitas húmedas, la crema y lo que acostumbren utilizar para realizar el cambio del mismo.
- En esta etapa, es fácil identificar cuando el niño ya está haciendo su necesidad fisiológica en el pañal, papá p mamá al estar en el proceso de entrenamiento, están más pendientes de gestos y formas en que el niño evidencia lo anterior. Si es así, le preguntamos al niño con una gran sonrisa y mirándolo a los ojos; ¿“Estás haciendo orines”? o bien ¿”Estás haciendo caca”? y él va a responder o asentir con la cabecita. Luego le invitamos a hacer el cambio de pañal, siguiendo la dinámica anterior.
- Cuando el pequeño ya esté en capacidad de avisar y llegue al baño con el pañal limpio, se le pregunta con naturalidad cual de las dos cosas quiere hacer, orines o caquita y se le ayuda en la medida en que solicite. Es importante darle un tiempo prudencial de unos cinco minutos, puede ser que sintiera ganas pero se haya retardado la acción refleja.
Con este
acompañamiento el niño se va a sentir seguro de ir solito al servicio sanitario
o de avisar cuando efectivamente tenga ganas de hacer su necesidad. No es necesario recompensar los avances del
niño con algún tipo de premio, lo que si no puede faltar, son los besos,
abrazos, gestos y palabras de aprobación y motivación.
Finalmente cuando
el pequeño avisa durante el día y no hace sus necesidades en el pañal ya es
tiempo de cambiar este por ropa interior.
Posterior a esto si el niño pasa dos semanas con ropa interior, ya logra
ir solito al baño y en pocas ocasiones avisar, ya es tiempo de empezar a dejar
durante la noche.
En la medida de
lo posible, se recomienda que sea el niño quien avise y no papá y mamá quienes
constantemente pregunten si desea hacer alguna necesidad, esto a fin de no
crear dependencia y arriesgar que el pequeño se desentienda de sus vivencias
internas, es contraproducente que se acostumbre a dejar el control de sus
necesidades en el adulto que lo acompaña.
Si después de los
tres años, el niño aún no logra si quiera avisar que desea hacer su necesidad
en el servicio sanitario se recomienda llevarlo con un médico pediatra para
descartar que no haya algún problema en la parte fisiológico. De no presentarse nada se sugiere la visita a
un profesional en el área de la psicología.
“Los hijos aprenden poco de las palabras; sólo
sirven tus actos y la coherencia de éstos con las palabras” Joan Manuel Serrat
Dra. Laura Camacho Alfaro
Clínica
Arvicana Teléfono 2560-8001
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