martes, 15 de mayo de 2012

Dejando los pañales

Todo aquel ser humano que se aventure en la titánica labor de ser padre o madre, tendrá que atravesar la etapa de que su hijo deje los pañales.



En algunos casos el aprendizaje del niño en esta actividad es muy sencillo, en otros definitivamente no lo es. Por tanto consideré importante compartir algún tipo de información que les pueda ser útil antes y durante este proceso de desarrollo.



El dejar los pañales no es simplemente un evento, no debe verse como una acción en la cual papá y mamá se van a economizar cierta cantidad de dinero mensualmente; en realidad este proceso va a colaborar grandemente con el logro de autonomía, autoestima y madurez emocional del niño.



No hay una edad o tiempo exacto que se pueda sugerir para comenzar con el entrenamiento, no obstante estudios revelan que los niños han alcanzado su madurez biológica, afectiva y psicológica para este proceso, alrededor de los dieciocho meses de edad. Tiempo en el cual papá y mamá, pueden considerar el hecho de que el niño comience a dejar los pañales.



Es determinante que el padre y la madre desarrollen ciertas habilidades para ayudar al niño en esta nueva aventura y que éste pueda experimentar y vivir este proceso de la forma más natural y sana posible.



Se recomienda que ambos se sienten a dialogar y negociar de qué forma van a llevar el proceso, en cuales cosas están de acuerdo y en cuales no para poder buscar un punto en común y de esta forma no afectar al niño durante el entrenamiento.



Algunas recomendaciones:



  • Permitir que el niño los acompañe al sanitario cuando él así lo desee, para que se familiarice con el uso del mismo.
  
  • Iniciar el entrenamiento en fin de semana cuando ambos estén en casa con el niño.
  • Tener claro que es un trabajo en equipo.

  • Armarse de paciencia y tolerancia.
 
  • Respetar los tiempos del niño.

  • Ser coherentes y claros.

  • Estar atentos, ser muy observadores.

  • En caso de que se sientan cansados, molestos, tratar de que canalizar estas emociones de forma que el niño no las perciba como amenazantes.

  • Motivar en todo momento al pequeño por mínimo que consideren que es su avance.

  • Cada deposición debe hacerse en el sanitario si el pequeño externa algún temor se pude comprar uno similar y más pequeño, hay variedad de diseños, tamaños y colores, le mismo debe ubicarse siempre en el baño.

  • Aro reductor.

  • Escalones.



Etapas:



El niño básicamente va a enfrentar tres etapas, el éxito de las mismas va a depender mucho de los ingredientes anteriores, las mismas son:



  • Va a continuar haciendo sus necesidades en el pañal, dependiendo de la necesidad que haya hecho, le vamos a reafirmar la mismas con toda naturalidad: “Hiciste caquita en el pañal”, “Hiciste orines en el pañal”.  Posteriormente lo invitamos a realizar el cambios de pañal que sea él en la medida de lo posible quien busque lo escoja, aliste los toallitas húmedas, la crema y lo que acostumbren utilizar para realizar el cambio del mismo.


  • En esta etapa, es fácil identificar cuando el niño ya está  haciendo su necesidad fisiológica en el pañal, papá p mamá al estar en el proceso de entrenamiento, están más pendientes de gestos y formas en que el niño evidencia lo anterior.  Si es así, le preguntamos al niño con una gran sonrisa y mirándolo a los ojos; ¿“Estás haciendo orines”? o bien ¿”Estás haciendo caca”? y él va a responder o asentir con la cabecita.  Luego le invitamos a hacer el cambio de pañal, siguiendo la dinámica anterior.  
 
  •  Cuando el pequeño ya esté en capacidad de avisar y llegue al baño con el pañal limpio, se le pregunta con naturalidad cual de las dos cosas quiere hacer, orines o caquita y se le ayuda en la medida en que solicite.  Es importante darle un tiempo prudencial de unos cinco minutos, puede ser que sintiera ganas pero se haya retardado la acción refleja.

Con este acompañamiento el niño se va a sentir seguro de ir solito al servicio sanitario o de avisar cuando efectivamente tenga ganas de hacer su necesidad.  No es necesario recompensar los avances del niño con algún tipo de premio, lo que si no puede faltar, son los besos, abrazos, gestos y palabras de aprobación y motivación.

Finalmente cuando el pequeño avisa durante el día y no hace sus necesidades en el pañal ya es tiempo de cambiar este por ropa interior.  Posterior a esto si el niño pasa dos semanas con ropa interior, ya logra ir solito al baño y en pocas ocasiones avisar, ya es tiempo de empezar a dejar durante la noche.

En la medida de lo posible, se recomienda que sea el niño quien avise y no papá y mamá quienes constantemente pregunten si desea hacer alguna necesidad, esto a fin de no crear dependencia y arriesgar que el pequeño se desentienda de sus vivencias internas, es contraproducente que se acostumbre a dejar el control de sus necesidades en el adulto que lo acompaña.

Si después de los tres años, el niño aún no logra si quiera avisar que desea hacer su necesidad en el servicio sanitario se recomienda llevarlo con un médico pediatra para descartar que no haya algún problema en la parte fisiológico.  De no presentarse nada se sugiere la visita a un profesional en el área de la psicología.


“Los hijos aprenden poco de las palabras; sólo sirven tus actos y la coherencia de éstos con las palabras” Joan Manuel Serrat


Dra. Laura Camacho Alfaro


Clínica Arvicana      Teléfono 2560-8001

No hay comentarios:

Publicar un comentario