viernes, 25 de mayo de 2012

Hábitos Alimenticios

Para poder inculcar en nuestros hijos hábitos de alimentación saludables se recomienda tomar en cuenta lo siguiente:

No utilices el alimento como premio o castigo: “Si no te comes todo, no podrás ver la televisión” o “Si no recoges la ropa del cuarto, no hay postre”.  Es contra producente utilizar esta táctica con los niños ya que éste debe entender la comida como un hecho cotidiano y básico y no como una herramienta para disuadir.

No nos olvidemos que nuestro pequeño copia nuestro comportamiento.  Es muy importante por lo tanto que vea en nosotros el placer de comer.  Comer implica muchas más cosas que el simple hecho de engullir y digerir.  Ponle cuanto antes a tu lado en la mesa junto con el resto de la familia y haz de ese instante un momento de convivencia.

No frenes su desarrollo:  Para el niño es tan importante el gusto como el tacto en el descubrimiento de los alimentos. Por eso se le debe permitir tocarlos y hasta embadurnar la mesa. Debe empezar a usar la cuchara cuanto antes, sin importar que juegue con la comida o que se ensucie. Esto no es debido a su falta de habilidad, estas acciones son deliberadas. Cuando el niño se sitúa en la etapa anual y el medio tolera esta acción, se le está ayudando a que se alimente a sí mismo, con sus manos y poco después podrá realizar con facilidad y rapidez la transición al uso de la cuchara.

Lo mismo ocurre con el paso de la alimentación blanda a la sólida. Cuanto más tardemos en introducir la alimentación sólida, más difícil será, pues los niños se aferran a la etapa anterior, cuando se alimentaba succionando.

Al frenar su interés en probar otros alimentos que no sean el puré o la papilla, estás impidiendo su crecimiento psicológico y sus ganas de ser mayor. Él debe darse cuenta de que valoras esos pasos que da hacia la independencia. Del mismo modo llegará un momento que ellos rechacen los purés y las papillas, pero suele ser pasajero y puntual cuando pasa a la alimentación sólida, volviéndolos a aceptar al poco tiempo.

Respetar un horario fijo de comidas: Comenzamos así a crear un hábito.  Si se le hace esperar demasiado tiempo o se le da la comida cuando no tiene hambre, la situación llegará a convertirse en un problema.

No comer entre comidas: El niño pequeño debe hacer cuatro o cinco comidas al día y no se le debe permitir picar fuera de las horas asignadas para el alimento.  Por tanto no hay que fomentar los ciertos hábitos que pueden afectar que el pequeño coma en las horas establecidas, como por ejemplo: comer galletas, helados, confites, entre otros.

Debe comer en un sitio destinado para ello y procurar que siempre sea el mismo:  El sitio por excelencia para compartir los alimentos en familia es el comedor o la cocina, por tanto es ahí donde deben realizarse todos los tiempos de comida siempre.  Debe aprender que no puede levantarse hasta que no termine de comer, aunque si hay más gente en la mesa no se le puede obligar a permanecer en ella hasta que todos terminen -para un niño pequeño esto resultaría un esfuerzo excesivo.

Proporciónale una alimentación variada… y cuanto antes mejor:  Cerca de los seis primeros meses la nutrición comienza a ser variada y es entonces cuando debemos comenzar a inculcar los buenos hábitos alimenticios.  Haz funcionar las papilas gustativas de tus hijos e introduce poco a poco todos los alimentos habituales en la nutrición infantil, para que se acostumbre desde el principio. No hay que darse por vencido ante el primer “no”, ya que éste puede ser meramente circunstancial; los niños necesitan algo de tiempo para aceptar un alimento nuevo, hay que tener en cuenta que todos los sabores son desconocidos para ellos. Si rechaza algo nuevo hay que volver a presentárselo unos días después y siempre poco a poco, que lo pruebe, luego dos cucharas, después tres... hasta que llegue el día que coma todo el plato.

Un error gravísimo en el que caen muchas madres es prepararle sólo las comidas que saben que le gustan para evitar el conflicto a la hora de comer.  La madre tiene que decidir lo que debe comer el niño, no al contrario. Si no lo quiere, no se le debe preparar otro plato y es mejor que no coma a que él decida lo que va a comer.
Otro error que debemos evitar es el transmitir negativamente nuestros gustos culinarios a nuestros hijos, inconscientemente lo hacemos y no les ofrecemos aquellos alimentos que a nosotros no nos gustan. Esto, sin querer, se va heredando de padres a hijos. Hay que darles de comer de todo, aunque no nos guste comerlo o prepararlo. Nosotros somos el modelo a imitar y los niños aprenden imitándonos en todo. Si nunca te ve comer fruta ¿cómo pretendes que él la coma?

Esto no quiere decir que deba gustarles absolutamente todo.  Hay platos que no gustan y esto es normal y se debe respetar.  Si un niño come una alimentación variada y sana, no pasa nada porque haya algún alimento que no le guste.

No fomentes la actitud pasiva en el niño: entreteniéndole con cuentos, juguetes o televisión mientras le das de comer cucharada a cucharada.

La hora de la comida es la hora de la comida, no es la hora de ver la televisión.  Se le debe invitar a un diálogo animoso para que le sea más grato el almuerzo, pero que sea él el que coma.  El niño tiene que darse cuenta que está comiendo, disfrutando del momento, saboreando la comida, dándose cuenta si está fría o caliente, del olor, etc.

Ponle una cantidad adecuada para que se termine el plato: Es mejor que repita  a que se desanime ante un plato muy colmado ante el cual se sienta incapaz de terminarlo. Para el niño es muy gratificante terminarse todo y luego pedir más. Si la comida consta de dos platos, modera el primero para que pueda comerse el segundo.

Si el niño pide repetir, se debe terminar el plato. Hay muchos niños que piden más comida o una galleta y luego la tiran a la basura. Si la ha pedido, debe comérsela para que aprenda a modular su apetito y sepa dosificarse.

No puedes exigir muchas normas en la comida desde el primer momento: Las reglas tienen que ser secuenciadas y priorizadas: primero que coma, después ya puedes introducir normas como utilizar la cuchara, no meter las manos en la comida, sentarse correctamente, no ensuciar la mesa, cerrar la boca, recoger su plato.

Dra. Laura Camacho Alfaro
Licenciada en Psicología

Clínica Arvicana
Teléfono 2560-8001

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