miércoles, 9 de mayo de 2012

Auxilio, que pasa con mi hijo?


Muchos padres ya entraron en angustia, caos y desesperación al ver que se acercan los exámenes finales del primer trimestre o bien están en espera de los resultados de los mismos.

Hay un malestar generalizado y los padres contantemente se preguntan:

• ¿Porque sus hijos estudian tanto y salen mal?

• ¿Porque tienen la mayor parte de herramientas convencionales y tecnológicas para su aprendizaje y los resultados son tan negativos?

• ¿Será contraproducente que su hijo estudie en el cuarto?

• ¿Su hijo estudia con música, será esta la causa del bajo rendimiento en los exámenes?

• ¿Escogí la escuela o colegio de mi hijo en base a mis necesidades o las de él?

Estas son algunas de preguntas que los padres llevan a consulta, luego de empezar a ver deficiencias en el desempeño académico de sus hijos.

No obstante no se hacen otra serie de cuestionamientos importantes, que efectivamente si pueden estar afectando de forma significativa el resultado de sus hijos en la escuela, el colegio o bien la universidad, tales como:

• ¿De qué forma aprende mejor mi hijo?

• ¿Cuáles son sus áreas de aprendizaje más fuerte y cuáles las más débiles?

• ¿Tiene y aplica diferentes técnicas para estudiar?

• ¿Logra comprender y no solo memorizar la materia?

En la mayoría de los casos hay un gran preocupación, sobre los resultados negativos del rendimiento académico, más no se profundiza en las verdaderas acusas de este. Es aquí donde los padres de familia comienzan a lacerar el autoestima de sus hijos culpabilizándolos, reprochando la carga económica que genera su estudio, llamándole vago, irresponsable, tonto, desconsiderado, entre otros tantos señalamientos negativos.

La educación de los hijos inicia en casa, la responsabilidad de formar no le compete solamente al centro educativo, es realmente un trabajo en equipo.

Hay tres elementos fundamentales que deben de existir, para que la formación académica de sus hijos sea un éxito y no un dolor de cabeza:

1. Límites: los padres deben, desde edades tempranas confeccionar un horario de estudio en conjunto con sus hijos, para facilitar el generar hábitos de estudio. Es importante tomar en cuenta la edad del niño, la carga académica que tiene, el horario de la escuela, el tipo de educación y método que se utiliza en la escuela, entre otros. Para recabar información de corte técnico es bueno que el padre de familia se acerque al centro educativo y pueda evacuar sus dudas con ayuda del docente. Al aplicar límites se debe ser coherente y firme; una de las consecuencias educativas de una falta de habilidad a la hora de establecer las normas y de marcar los límites puede ser la falta de respeto, que se produce cuando hablamos demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad lo que queremos o lo hacemos con demasiada autoridad.

2. Técnicas de estudio: No se traen de forma innata métodos de estudio o técnicas que faciliten nuestro aprendizaje, esto se aprende con el tiempo, por medio de ensayo error. Cuánto mejor organizado está el estudio, menos esfuerzo y menos tiempo exige, y son mejores los resultados que se obtienen.

Por tanto los padres de familia deben entender que los hijos son diferentes a ellos, diferentes a sus hermanos, primos y amigos, en el tema de adquirir conocimiento. Los padres deben acompañar a sus hijos a descubrir cuál es el tipo de aprendizaje que mejor le funciona al estudiar la materia para un examen y entender que ninguno de ellos es bueno o malo.

Los tipos o estilo de aprendizaje más comunes son: auditivo, visual y kinestésico.

Los padres de familia no son expertos, por tanto no tienen que saber cuál es el estilo de aprendizaje que mejor le funciona a hijo, en este caso se recomienda que el docente le pueda guiar e inclusive logre ayudarle con algunas técnicas. En caso de que no haya anuencia por parte del centro educativo para colaborar, se recomienda buscar alguna persona conocida con experiencia y preparación en el área académica.

3. Autoestima: la motivación que el estudiante tenga a la hora de asistir a clases, llegar a casa a cumplir con sus deberes y prepararse de forma adecuada para un examen, depende innegablemente de su autoestima. Si un niño o joven, no siente deseos de estudiar, crear por sí solo, si al primer fracaso se rinde y quiere salir del colegio, esto evidencia que su autoestima es baja. Las consecuencias de esta desmotivación van a ser el enojo y reproche de los padres, lejos del diálogo, el acompañamiento y la convivencia fraterna para buscar una solución al problema que el muchacho enfrenta en este momento.

Qué factores inciden en que el estudiante tenga baja autoestima?

• Crianza rígida e inflexible: ante errores no esperados.

• Exigir un comportamiento intachable y calificaciones excelentes.

• Proyectarse en los hijos y esperar que estos lleguen hasta donde “el padre o la madre no pudo llegar”.

• Menos preciar al muchacho: pobrecito, él/ella “no puede”

• Mamás que dedican años a estudiar con sus hijos y no les permiten desarrollar su potencial.

• Sobreprotección con respecto al estudio: estudian por sus hijos, leen los libros por sus hijos y se los explican, hacen las tareas por ellos con la finalidad de que ganen el premio de fin de curso.

• Comparar las calificaciones y desempeño de los hijos.

• No permitir que el niño o joven, convine el estudio con la práctica de otra actividad, por ejemplo practicar algún deporte, pintura, teatro, entre otros.

Es muy importante que el estudiante sienta que el padre de familia está involucrado de forma activa, no invasiva, con su proceso formativo, es transcendental asista a reuniones, comunicar a la maestra o profesor guía cualquier cambio significativo que se de en el entorno familiar o propiamente en la persona.

Un buen entorno familiar, propicia el ambiente socio-emocional propicio que el niño o joven requiere para su progreso en general y enfrentar el reto de ser un buen estudiante, de acuerdo a sus capacidades y destrezas no solamente a las expectativas que tengas sus padre.

Para una convivencia sana y un buen desempeño escolar es determinante que los padres estén de acuerdo con respecto a los límites que se establezcan en casa, deben llegar a un punto en común respecto al valor del estudio para ambos, ambos padres deben participar en la formación de sus hijos y que ésta no se recargue solamente en la madre. Algunas veces la madre que sale a trabajar diariamente, siente culpa del bajo rendimiento de su hijo al no estar en casa y poder supervisarlo o bien estudiar con él.

Estas son algunos cambios que se pueden implementar en casa para mejorar el rendimiento académico de los hijos es importante recordar que el buen desempeño va a depender de un buen trabajo en equipo:

• En la medida de lo posible tener un lugar en casa destinado para este fin.

• Tener a mano todo lo que se necesita para estudiar; cuadernos, libros y lo que el estudiante requiera de acuerdo a su estilo de aprendizaje.

• Eliminar del lugar de estudio todos los distractores posibles (televisor, radio, juegos de video, teléfono celular).

• Planificar el tiempo de estudio: Establecer horarios, así como se establecen horarios para levantarse, para acostarse, para las comidas, también se deben establecer horarios para estudiar.

• Un horario de estudio bien planeado permite atender todos los intereses y necesidades en una secuencia, proporción y equilibrio adecuados.

• Priorizar: Empezar por las materias que representen un mayor grado de dificultad, evitar dedicar mucho tiempo a las materias que son más fáciles de asimilar.

• Ser contante: Estudiar diariamente el mismo periodo de tiempo y a la misma hora.

• Tener un tiempo de descanso: esto va a depender de la edad del niño o joven, en edad escolar es recomendable un periodo de 30 o 45 minutos seguidos como máximo y un receso de 10 minutos en promedio.

• Desarrollas el hábito positivo de estudiar todos los días un poco, por el contrario no se debe estudiar mucho en periodos cortos de tiempo.

• Estudiar habitualmente una o dos horas, según las necesidades.

• Si se adquiere una rutina para estudiar a determinada hora todos los días y se evita hacer cualquier otra cosa durante ese mismo tiempo, estará en las mejores condiciones de no interrumpir el estudio por una deficiente administración del tiempo.

"Nunca consideres el estudio como una obligación sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber." Albert Einstein

Dra. Laura Camacho Alfaro
Licenciada en Psicología

Clínica Arvicana
Teléfono: 25608001

laura@consumolaw.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario