viernes, 31 de agosto de 2012


El Águila

El águila es una de las aves de mayor longevidad, llega a vivir setenta años.  Pero para llegar a esa edad, en su cuarta década tiene que tomar una seria y difícil decisión.

A los cuarenta años, sus uñas se vuelven tan largas y flexibles que no puede sujetar a las presas de las cuales se alimenta.  El pico, alargado y puntiagudo, se curva demasiado apuntando contra el pecho y ya no le sirve. Sus alas están envejecidas y pesadas en función del gran tamaño de sus plumas, y para entonces, volar se le hace muy difícil.

En ese momento, sólo tiene dos alternativas: abandonarse y morir, o enfrentarse a un doloroso proceso de renovación que le llevará aproximadamente 150 días.  Este proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, donde no tenga la necesidad de volar y sentirse seguro.

Entonces, una vez encontrado el lugar adecuado.  El águila comienza a golpear con su pico en la pared con mucha fuerza hasta conseguir arrancarlo. Después esperara el crecimiento de un nuevo pico, con el que se desprenderá una a una sus viejas uñas.  Cuando las nuevas garras comienzan a nacer, comenzará a desgarrarse sus desgastadas plumas.

Y después de todos esos largos y dolorosos cinco meses de heridas, cicatrizaciones y crecimiento, logra realizar su famoso vuelo de renovación, renacimiento y festejo para vivir otros treinta años más. Autor Desconocido

Para poder continuar nuestro vuelo, un vuelo de victoria, a menudo debemos alejarnos y estar a solas durante algunos amaneceres con nosotros mismos para poder encontrarnos y de esta forma iniciar un proceso de renovación.  Esto nos va a permitir desprendernos de costumbres insanas, tradiciones banales, recuerdos de acontecimientos frustrantes o dolorosos cuyo peso puede tornarse tan pesado que nos impida avanzar en nuestro viaje.  

Solamente, liberándonos del pasado seremos capaces de salir victoriosos y enfrentar con ahínco este maravilloso proceso de renovación.  Para poder alzar bueno y alcanzar lo que anhela muestro corazón debemos contestarnos tres preguntas:

¿Quién soy?

¿Cuál es mi potencial?

¿Dónde quiero llegar?

Luego de evacuar estas dudas, se puede continuar sin temor, sin incertidumbre, solamente confiando en tu potencial para vencer los obstáculos que se te presenten en este transitar.  No te amoldes al problema, transfórmalo… Sigue la ruta certera del águila… Siembre hacia adelante, siempre hacia arriba…

Dra. Laura Camacho Alfaro

Licenciada en psicología

Clínica Arvicana, Heredia. Tél: 2560-8001

Centro Clínico Orozco, Tibás. Tél: 2236-5036

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