viernes, 5 de octubre de 2012

Problemas Alimenticios en Adolescentes

En la actualidad se ha perdido el gusto y la admiración por las cosas bellas que nos rodean, se ha pasado al límite de rendir culto a la belleza, principalmente a la belleza física. Nos desenvolvemos diariamente en un mundo donde las personas no son apreciadas por el sistema de creencias y valores que poseen, si no, por su peso, su talla y lo que proyecta con sus atributos físicos.

Durante la etapa de la adolescencia los jóvenes están descubriendo y afianzando su identidad, es sumamente importante la aceptación y pertenencia a un grupo de pares; estas necesidades hacen que los jóvenes recurran a hacer cualquier cosa con tal de ser debidamente aceptados y sentirse queridos.

Es común que durante la etapa de la adolescencia se presenten trastornos alimenticios que no se limitan solo al deseo de verse y sentirse bien, si no, que hay todo un trasfondo emocional que muchas veces los padres de familia desconocen.

Una buena alimentación es determinante durante la adolescencia, para que el joven logre hacerle frentes a los cambios fisiológicos propios de su edad, los requerimientos nutricionales son muy elevados.

¿Qué es un trastorno alimenticio?

Un trastorno alimenticio es una enfermedad progresiva que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, no obstante consiste en una escala muy compleja de síntomas entre los que predomina una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y la adquisición de una serie de valores a través de una imagen corporal.

¿Qué factores inciden en su aparición?

Los factores que inciden principalmente son:

Factores psicológicos: los jóvenes con trastornos alimentarios generalmente tienden a tener expectativas no realistas de ellos mismos y de sus iguales. A pesar de ser exitosos se sienten incapaces, ineptos, defectivos, etc. No tienen sentido de identidad, por eso son tan volubles y se adaptan a otros estilos que difieren mucho de lo propio. Por eso tratan de tomar control de su vida y muchas veces se enfocan en la apariencia física para obtener ese control.

Factores familiares: Los chicos y chicas que forman parte de familias sobreprotectoras, rígidas e improductivas para resolver conflictos tienden a desarrollar estos trastornos. La mayoría de las veces no muestran sus sentimientos y tienen grandes expectativas de éxito. Los niños aprenden a no mostrar sus sentimientos, ansiedades, dudas, etc., y toman el control por medio del peso y los alimentos.

Factores sociales: Los medios de comunicación asocian lo bueno con la belleza física y lo malo con la imperfección física. Las personas populares, exitosas, inteligentes, admiradas, son personas con el cuerpo perfecto, lo bello. Las personas que no son delgadas y preciosas son asociadas con el fracaso. Se maneja toda una gama de estereotipos culturales tales como la delgadez extrema, se manejan prejuicios contra lo obesidad no por salud si no por apariencia, se discrimina además algunas profesiones y deportes.

Factores biológicos: Algunos estudios indican que niveles anormales de determinados componentes químicos en el cerebro predisponen a algunas personas a sufrir de ansiedad, perfeccionismo, comportamientos y pensamientos compulsivos. Estas personas son más vulnerables a sufrir un trastorno alimenticio.

Comienzo del trastorno

Según Alfredo Goño Grandmontagne, catedrático español de Psicología Evolutiva y de la Educación; ”En los adolescentes el autoconcepto es el rasgo de personalidad que mayor relación mantiene con los trastornos alimentarios. Está muy documentada la relación que guardan con otras características: el perfeccionismo, el miedo a madurar, la ansiedad y la desconfianza interpersonal”.

Goño destaca que; cuando la gente compara la imagen corporal propia con el ideal interiorizado, surgen sentimientos de insatisfacción corporal y personal, de ansiedad y una necesidad compulsiva de cambio físico. Es aquí cuando aparecen los trastornos alimenticios, los jóvenes recurren de forma progresiva o compulsiva a la inanición, a purgas mediante vómitos, diuréticos o laxantes, ejercicio físico compulsivo o desgaste de zonas corporales concretas que, como sucede en el caso de la anorexia y la bulimia, ponen en grave peligro la salud física y psicológica.

¿Cuáles son los trastornos más comunes?

Anorexia y bulimia

La Anorexia es la obsesiva búsqueda de adelgazamiento mediante una dieta progresivamente restrictiva. El joven con anorexia nervosa es típicamente una perfeccionista. En su mente tiene la firme creencia -irracional- que está gruesa inclusive cuando pierde mucho peso y se pone muy delgada. Esta persona siente la necesidad de tener en control de su propia vida, experimentando este control sólo cuando niega la demanda que su cuerpo necesita de comida. Es su obsesión por adelgazar, la adolescente poco a poco se está matando a causa de su régimen de hambre. Esto puede llegar a situaciones muy serias de dañar su cuerpo, e inclusive hasta puede llevarla a la muerte.

Los principales síntomas de la anorexia son:

  • Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la estatura, llegando a situaciones de delgadez extrema.
  • Miedo intenso a engordar, incluso cuando el peso es muy bajo.
  • Sensación de estar gordo/a en general o en algunas partes del cuerpo, como nalgas, muslos, abdomen. Tienen una percepción de su cuerpo que no es real. Aunque estén realmente delgados/as, su espejo les dice que siguen estando gordos/as.
  • Aparecen otro tipo de problemas físicos que acompañan la desnutrición, como es en el caso de las mujeres la retirada o el retraso de la menstruación.
  • Ejercicio físico excesivo.
  • Conducta alimentaria extraña: come de pie, corta los alimentos en pequeños trozos.
  • Incremento de las horas de estudios y disminución de las de sueño.

Se calcula que un 0.5 a 3 por ciento de adolescentes y mujeres jóvenes tiene anorexia nerviosa y estas cifras aumentan al doble cuando se incluyen adolescentes sanas con conductas alimentarías anormales o con preocupación anormal por el peso corporal. La edad promedio es de 13, 75 años y se desarrolla mucho más en mujeres, con una proporción de 9 a 1.

La Bulimia es la incapacidad para controlar los deseos de comer, hacerlo en cantidades extraordinarias y recurrir a actos purgatorios para lidiar con la culpa, como vomitar, usar laxantes y diuréticos o realizar ejercicio físico extenuante. Hay una preocupación obsesiva por la comida, con deseos irresistibles de comer; menstruaciones irregulares, y ligero sobrepeso.

Principales síntomas de la bulimia:

· Episodios recurrentes de atracones de comida.
· Una sensación de pérdida del autodominio durante los atracones de comida.
· El uso regular de vómito autoinducido, laxantes o diuréticos, dieta estricta o ayuno, o ejercicio muy energético para evitar el aumento de peso.
· Un mínimo de dos episodios de atracón de comida a la semana durante al menos tres meses.
· Preocupación exagerada por la figura y el peso corporal. Las bulímicas están continuamente obsesionadas por su aspecto y trabajan duro para ser lo más atractivas posibles.
· Antecedentes de dietas frecuentes. Frecuentes intentos previos de controlar su peso.
· Síntomas de depresión. Incluyen pensamientos melancólicos o pesimistas, ideas recurrentes de suicidio, escasa capacidad de concentración o irritabilidad creciente.
· Excesivo temor a engordar.
· Comer en secreto o lo más inadvertidas posible.
La excesiva alimentación puede alternarse con dietas extremas que traen como consecuencia fluctuaciones de peso dramáticas. Las repetidas purgas acarrean consigo un peligro muy serio a la salud física, incluyendo la deshidratación, el desequilibrio hormonal, el agotamiento de minerales importantes y el daño a los órganos vitales.

En el caso de la bulimia, se estima que de un 0.6 a un 13 % padecen el trastorno, también en mayor medida las mujeres mayores de 18 años.
Otros síntomas menos comunes

Vigorexia: Es un trastorno caracterizado por la preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal (dismorfofobia) que puede presentar dos manifestaciones: la extrema actividad del deporte o, la ingesta compulsiva para subir de peso ante la percepción de estar aún demasiado delgado. Aunque los hombres son los principales afectados por la vigorexia, es una enfermedad que también afecta a las mujeres.

Ebigorexia: Tendencia de comer mucho pero en vez de vomitarlo por ellos mismos, comienzan a tomar grandes cantidades de alcohol (vinos,piscos,cerveza) para que eso tengan el efecto de luego vomitarlo y nadie sospeche nada.
Megarexia: Trastorno opuesto a la anorexia nerviosa. Suelen ser personas obesas que se miran al espejo y no lo perciben; por eso no hacen ninguna dieta; por eso se atiborran de comida basura (calorías vacías). Ellos se perciben sanos. Son en cierta forma, personas obesas que se ven delgadas a causa de la distorsión de la percepción que caracteriza a los trastornos alimentarios. Comen de todo y en cantidades abismales, pero muy pocos "nutrientes esenciales" y una altísima proporción de azúcares, féculas, almidones, entre otros alimentos.

Ortorexia: Es aquel trastorno donde la persona obesa come alimentos que ella considera saludables, pero en realidad, no lo son.

Pica:Ingestión de alimentos no comestibles.
Tratamientos para los trastornos de la alimentación

Es importante tener claro que, los trastornos de la alimentación son una enfermedad. Es común y esperable que la persona que lo padece no intente modificar la situación. No es una falta de voluntad sino un síntoma de la enfermedad. La familia en estos casos debe ser la encargada de la consulta especializada de forma urgente.
Los trastornos alimenticios pueden ser exitosamente tratados y puede restaurarse un peso saludable. Es importante el diagnostico temprano para obtener una éxito total en el tratamiento. Los trastornos alimenticios no son afecciones simples, debido a su complejidad demandan tratamientos interdisciplinarios largos y adecuados a cada situación. Un buen tratamiento contara con la conjunción de: cuidado y revisión médicos, intervención psicológica, asesoría nutricional y, cuando sea adecuado, control de ingesta de medicamentos.


Dra. Laura Camacho Alfaro

Licenciada en Psicología

Clínica Arvicana Heredia

Teléfono 2560-8001

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