Reflexión
Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y
si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que
te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar,
contestó el hijo.
- Ven, dijo el padre.
Lo tomó de la mano, y caminando lo llevó al borde del abismo
en la montaña.
- Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar.
Solo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el
aire extenderás las alas y volarás…
Clínica Arvicana 2560-8001
Centro Clínico Orozco: 2236- 5036
No hay comentarios:
Publicar un comentario